Entre las revistas que se amontonan pendientes, aguardando un día de imposible pausa, me detengo hoy en Vivencias. Nació la cosa hace veinte años por impulso de un voluntario en Wad Ras (Hilario Ruiz de Gauna, que el Señor tenga en su gloria, cristiano y buena persona de pro), alguien que no se resignaba a que no se pueda hacer nada por nadie y que, desde su condición de profesor jubilado, decidió hacer algo. Impulsada por él, nació allí una cosita humilde que se llamó en principio Enfermería Cultural de Wad Ras (sic). Hoy se llama Vivencias - Revista de les preses i presos de Catalunya. Tengo en mis manos el número 168, de hace unos meses, 36 páginas en las que hay un par de dibujos y muchas, muchas palabras, de unos sesenta presos-as, muchas palabras que hablan de sueños, de libertad y, sobre todo, de amor. En definitiva, de todo aquello que en la prisión se vive como carencia.
En Vivencias hay mucho arrepentimiento, mucha soledad, muchas heridas, pero también una pizca de ilusión y de esperanza. Parece que el escribir ayuda. Que así sea. Me quedo con una frase de alguien que firma A.B. desde Quatre Camins, un estribillo dirigido a todo aquel que sufre:
"No olvides nunca que la niebla siempre se disipa".
4 comentarios:
Si la gente de Iglesia (religiosos y laicos) no se ocupara de los que viven en las cárceles este mundo aún sería si cabe un poco más hostil para personas que han tenido y tienen historias tan difíciles de disipar como lo son a veces algunas nieblas otoñales.
"Los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo", dice la Carta a Diogneto.
Tengamos la convicción de que, con todos nuestros defectos limitadores y con todo nuestro pecado culpable, sin nosotros el mundo sería bastante más "des-almado".
Si eso lo hiciese el Estado, lo publicitarían hasta en la sopa. Salu2.
Y saldría más caro, diablillo. Saludos
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