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miércoles, 28 de marzo de 2012

El oficio de intelectual

El oficio de intelectual hay que currárselo bien, casi tanto como el de Director de informativos de Tele5, que no sé yo si entra o no dentro de la propia categoría de intelectual. Tele5 se supone que es una empresa seria, en la que trabajan gente titulada y suficientemente diestra en las labores de la comunicación audiovisual. Además, tratándose de algo tan delicado como la información generalista, los titulares son sin duda revisados con cuidado y atención, incluyendo el uso de artículos determinados o indeterminados.

De todo lo anterior, cabe deducir que, aun en el caso de que incluyamos a Belen Esteban, el número de intelectuales en este país es extraordinariamente reducido, ya que sólo lo son aquellos que apoyan la huelga general del 29-M. Los demás están sin duda ilegítimamente apoltronados en cátedras y sillones académicos. Ahora entiendo el porqué este país no funciona: se debe a la gran masa de ignorantes analfabetos que no apoyan esta huelga y, sin embargo, ocupan puestos de responsabilidad en instituciones educativas o científicas. Por suerte, tenemos a Tele5 que nos desvela esta cruel realidad.



sábado, 17 de marzo de 2012

No nos ha prometido una vida apasionante, sino una pasión vivificante



Querían algo provocador y lo han conseguido. Y, al parecer, oportunamente, dada la reforma laboral del PP. De otro modo, la promesa de trabajo fijo (un video de esta difusión hay que entenderlo como publicidad vinculante, al menos para la Conferencia Episcopal) saldría más cara en caso de despido. El video no tiene mucho de original en su mensaje (en América hace treinta años ya se empleaba la publicidad vocacional del tipo "the work is hard but the reward is eternal"). Sin embargo, me gusta. No han tenido mal gusto, por mucho que la aborrezcan los ateos anticlericales, los ultracatólicos quietistas y los católicos vergonzantes. Me gusta, si exceptuamos la primera promesa y la última. Por mucho impacto mediático que haya provocado, podían haberse ahorrado lo del trabajo fijo. Para quien no lo tenga claro, es confusión, y quien lo tiene claro sabe perfectamente que el trabajo fijo no puede ser una motivación seria, hablando como hablamos de sacerdotes y no de especialistas de la Armada, más si consideramos que buena parte de las incorporaciones actuales a los seminarios son tipos que curiosamente ya tenían trabajo fijo.
La última promesa es todavía más grave, porque el Señor nunca prometió una vida apasionante.


No sé si una vida apasionante puede ser ésta:

o bien esta otra:

Pero sí sé que, en realidad, lo que Jesús prometió fue ciento por uno de "ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. "
Ni más ni menos.





martes, 13 de marzo de 2012

Cifras y letras


El mundo de las cifras resulta frecuentemente apasionante. Uno queda hechizado por el misterio que se esconde detrás de los cálculos, de los porcentajes, de la cuantificación. De verdad, que muchas mañanas cuando, después de engullir la tostada con margarina y mermelada de naranja amarga y después de ingerir el vaso de desnatada y tragar la cápsula de omeprazol, un servidor abre el periódico, queda indefectiblemente subyugado por las cifras. Pongamos el de ayer. 
Dejemos aparte el asunto de las últimas cifras del déficit de la Generalitat y  no nos pongamos nerviosos, porque si el gasto sanitario, como dicen los titulares, se disparó el 2011 en 577 millones pese a los duros ajustes, debe querer decir que o la bolsa del dinero tiene un agujero misterioso por donde se cuela la calderilla o sucede que nos estamos poniendo todos muy, pero que muy malitos. 
Pasemos a La Contra y Erik el Belga, que dice el tío que ha dado, entre importantes y menores, entre ermitas de montaña y museos de postín, "unos" 600 golpes. ¡Y eso que se retiró en 1982!  Echen cuentas. Sin hacer vacaciones, le saldría a un asalto cada quince días. Y todavía le quedaba tiempo de pintar, de ligar y de aprender. Y el entrevistador que no dice ni mú. 600 asaltos, total centenar más, centenar menos, nada, nada, como los milloncejos deficitarios de nuestros gobernantes...
Cifras. Normalmente la páginas con más cifras son las de las cotizaciones de Bolsa, fondos de inversión y cosas por el estilo. Pero como el domingo descansan, el lunes no salen, de forma que ese día las páginas con más cifras son las de los anuncios clasificados que, en sus tres cuartas partes, tienen que ver con el negocio de la carne, y no hablo de la del matadero, sino de ese mercado que funciona sin facturas...Hombre, puestos a combatir el déficit, yo propondría a la Generalitat un gravamen de pongamos 10 € diarios sobre anuncio clasificado de este tipo; el mismo periódico que los publica debería encargarse de recaudarlo e ingresarlo, el control sería relativamente fácil y al cabo del año digo yo que un buen (en bondad económica, digo) dinerito se sacaría. 
Las mejores cifras, sin embargo, son las de las manifestaciones, como la del 11-M-2012. Ah, los sindicatos dicen que en Barcelona eran 450.000 almas, la policía local que 17.000. Misterioso. Enigmático. Arcano. Se supone que unos y otros saben contar, por lo que esta pequeña diferencia tal vez sea debida a alguna de estas razones:
a) Cuando la policía echa cuentas, la mayoría de manifestantes se camuflan de tal modo con el terreno que se vuelven invisibles.
b) Cuando los sindicatos echan cuentas, la mayoría de manifestantes reproduce más de 20 veces aparentemente su propia imagen, tal vez teleportándose en fracciones de tiempo tan infinitesimales que producen la impresión de simultaneidad .
¡Qué campo todavía virgen de investigación para la física cuántica! Pero uno, como es de letras, sólo puede experimentalmente sugerirles que algún año se acerquen a ver la salida de la Cursa de la Mercé. Verán allí el lugar que ocupan 14.000 personas apretadas como en metro en la hora punta. Vean el trecho de calzada que llenan y, pese a que los primeros salen zumbando como posesos, esperen y calculen cuántos minutos transcurren hasta que pasan por línea de salida los últimos de la cola. Multipliquen el número de corredores por treinta, denles más espacio con pancartas y banderas y pónganles a desfilar a paso cómodo. No exagero: llenarían ustedes la Diagonal.  
Dejaremos para otro día las cifras de católicos según el Anuario Pontificio, que eso también tiene tela, más que los números primos de Mersenne. La fe tiene siempre como objeto lo incomensurable. "Creo en todo lo que no se puede medir", decía un personaje de novela. Al fin, después de tantas cifras, todos padecemos, en mayor o en menor medida, con mejores o peores recetas de remedio, de eso que el poeta Rossend Llates llamaba el "mal del infinito":

Deixeu-me anar tot sol entre la nit;
jo mateix no sé el mal que m'aturmenta;
però deu ésser el mal de l'infinit.